Datos personales

Mi foto
Tigre, Buenos Aires, Argentina
Daniela Plaza y Alejandro Demarco

sábado, 7 de abril de 2012

MANABÍ, CAPITAL NACIONAL DE LA HOSPITALIDAD

Nuestra idea en Manta era sólo pasar una noche, aprovisionarnos de algunas cosas y seguir por la costa, pero el destino quiso otra cosa…

Luego de recorrer la ciudad y pasar la tarde en el Shopping usando wifi gratis, buscamos otra gasolinera para dormir. Mientras cenábamos, conocimos a la dueña quien nos recibió muy amablemente. 







Al día siguiente fuimos a una Lubricadora para cambiar el filtro de gasolina pensando que sólo nos llevaría un rato, pero salimos a media tarde, ya que nos recibió el dueño, Naun, y su hijo Daniel, quienes nos invitaron a almorzar y hasta nos regalaron unas latas de atún y sardinas para el viaje, además de solucionarnos una pérdida de agua de una manguera que veníamos arrastrando desde casa.




Esa noche cuando estábamos por cenar, escuchamos un ruido extraño y al mirar el camión que estaba estacionado al lado nuestro vimos como una de sus ruedas traseras se hundía en el asfalto. Así estuvo toda la noche, casi al borde de tumbarse, hasta que por la mañana apareció su dueño con una tropa de 10 personas para descargarlo y poder sacarlo del pozo. 





Mientras descargaban el camión lleno de semillas de tagua mucha gente se acercó a ver lo que sucedía. Uno de ellos fue Sebastián, ciclista de corazón y dueño de My Bike (Calle 14 y Avenida 21 Manta Ecuador www.mybike.ec ), la mejor tienda de bicicletas de Manta, que junto a Miguel Ángel y otros amigos se sacaron fotos con nosotros y nos invitaron a conocer el local y compartir un grato momento conversando de varios temas. Siendo sábado al mediodía, nos pidió que pasáramos el lunes por la mañana para entregarnos un presente.






Como decidimos cambiar el itinerario por los pocos días que nos quedan en Ecuador, aprovechamos el domingo para visitar Canoa, otro pequeño pueblo muy conocido por sus playas, a una hora y media al norte de Manta. Recorrimos el lugar que es bien turístico al estilo Montañita, por lo que decidimos dormir en una gasolinera en otro pueblo. Como vimos que se acercaba la puesta de sol, bajamos a la playa de Briceño para pedir un toma donde calentar agua para tomar unos mates viendo el atardecer.




Sólo quedaba un bar abierto, donde luego de calentar agua hicimos una ronda de mates para que la gente lo probara. Mucho éxito no tuvo, sólo dos quedaron encantados con el mate. Entre charla y charla, llegó la noche y fogata de por medio, Elías y Viviana, los dueños, nos invitaron a cenar y acampar en la playa. Pero el humo de la fogata nos corrió y finalmente nos tuvimos que trasladar hacia su casa, donde amablemente nos cedieron una habitación y a la mañana siguiente nos sorprendieron con un desayuno riquísimo con café y tortillas de verde (plátano cocido).




Esa misma mañana volvimos a Manta para reencontrarnos con Sebastián en su local. Allí nos dio la dirección por donde teníamos que recoger nuestro presente: una empresa atunera donde nos entregaron una caja con 48 latas de atún…así que comida no nos va  a faltar para llegar a Alaska…





Por la tarde salimos camino a Portoviejo, donde teníamos pendiente una visita. Resulta que la primera vez que fuimos a la Playa de los Frailes venían detrás nuestro en otro carro Alexandra y Saskia, quienes nos escribieron al blog y nos ofrecieron brindarnos información y recomendaciones de lugares para visitar en su provincia, Manabí. Así que como era paso obligado, decidimos contactarlas para conocerlas. Enseguida vinieron a buscarnos al Shopping donde estábamos usando Internet y nos llevaron a dar una vuelta en su carro por la ciudad, nos dieron de probar algunas comidas típicas del lugar (pan de yuca, torta de cerdo y maní), nos consiguieron un estacionamiento de un hotel para pasar la noche y Alexandra quedó en encontrarnos a la mañana siguiente para llevarnos a conocer más de su ciudad.



Así fue como al otro día nos llevó al Museo de Portoviejo, nos invitó a probar helado con pan (si si, como un sandwich de helado casero, riquísimo!) y luego fuimos a almorzar hayacas y encebollado con chifles, como para completar la comida típica de Manabí.






 Nos despedimos de Ale con ganas de habernos quedado unos días más para seguir disfrutando de la ciudad y de su compañía, su recibimiento y recorrido por Portoviejo fue una de las mejores experiencias que hemos tenido en lo que va del viaje. Esperamos volver a reencontrarnos en Ecuador o cuando vayan a Argentina. Gracias por todo chicas!

El viaje debía continuar, nos quedan pocos días en el país y tenemos que aprovecharlos al máximo, así que seguimos hasta Quevedo donde hicimos noche, para al día siguiente llegar a Baños. 

viernes, 6 de abril de 2012

Montañita De Argentinos


Después de cuatro días de intenso carnaval cuencano, llegó el momento de volver a la ruta… Salimos de la Ciudad el miércoles 22 de febrero rumbo a otra de las regiones ecuatorianas, la costa, con la idea de llegar a la Ciudad de Salinas.
Para ello, atravesamos el Parque Nacional Cajas acompañados por una densa neblina y un poco de lluvia, para luego pasar por la calurosa Guayaquil y desde allí tomar el desvío a Salinas. 



Apenas llegamos la definimos como la Miami Ecuatoriana, llena de edificios enormes de departamentos, hoteles, restaurantes y bares ubicados sobre la Av. Costanera frente al Malecón, lugar elegido por varios artesanos y vendedores de todo lo que uno se imagine y más.
Al día siguiente el calor nos levantó temprano y decidimos ir a tomar unos mates a la costa después de haber dormido en una Primax. Por un día fuimos dos turistas más, ya que alquilamos una sombrilla y unas reposeras para descansar, disfrutar de la playa y de la sombra. Esa noche nos animamos a sentarnos en el Malecón con nuestras postales y pulseras, para ir perdiendo de a poco el miedo…ventas no hubo, pero disfrutamos charlando con algunas personas que se detenían a ver las fotos.





Dos noches en Salinas nos alcanzaron para recorrer el lugar, caminar, disfrutar de la playa e ir aclimatándonos a la zona, ya que aquí la temperatura es alta y los días calurosos, contrario a la sierra (donde se ubica Cuenca), que allí generalmente hace frío y corre viento fresco.
El siguiente destino era el recomendado por todos, Montañita. Dicen que el que viene a Ecuador y no va a Montañita no conoce el país…así que no podíamos perderla, y hacia allá fuimos, recorriendo los 56km que nos separaban. 


Nuestra idea era encontrarnos con Lucho y Majo (nos conocimos en Cuenca) así que recorrimos el pueblo para ver si estaban, pero sin novedades. El lugar es pequeño pero pintoresco y lleno de extranjeros, sobretodo argentinos, tanto de turistas como artesanos vendiendo en la calle y hasta trabajadores temporales en bares y restaurantes, malabaristas y músicos.

 Calles de Montañita que tienen vida las 24hs

Montañita es un lugar donde se concentran culturas de todo el mundo, y se pueden experimentar sus comidas, bebidas y música. Algo típico del pueblo es probar todo Happy: brownies, flan, trufas, etc.
Pero también tiene su lado oscuro, el colapso de algunos servicios públicos como la luz que se corta cada tanto y el sistema de desagote de las aguas residuales.
Algo muy curioso e inexplicable es como una gran bandada de golondrinas se posan en los cables de tensión de dos esquinas paralelas del centro hacia el atardecer. Hay que cuidarse de no detenerse bajo la “línea de fuego” como se la conoce, es decir, justo debajo de las aves, para no ser bombardeado con su excremento.


En una de las vueltas que dimos buscando a los chicos de la combi, vimos un Citroen 3CV estacionado y nos acercamos a hablar. Eran Mica y Facu (www.citronautasdeamericamestiza.blogspot.com) que hacía unos días andaban por ahí. Intercambiamos postales
 Y en otra de las vueltas nos encontramos con Ale y Franco de Circo en Kombi (Facebook: Circo en Kombi) que venían viajando con los chicos del citro hacía casi un mes. Ellos van haciendo funciones de circo en los pueblos a los que llegan además de vender artesanías. Los chicos del Citro también venden artesanías y Mica es payasa, así que a veces hacen semáforo. Nos despedimos y quedamos en encontrarnos para ver la función de circo más tarde.


Cuando creíamos que Majo y Lucho ya se habían ido, nos encontramos con su perra Laika, y ella nos llevó una cuadra hasta donde ellos estaban. Fue lindo encontrarnos después de unos días, y esa noche aprovechamos para ir juntos a disfrutar del espectáculo de circo. Durante la función nos sorprendieron con malabares, fuego y hasta Ale participó de uno de los actos de riesgo.


Esa misma noche arreglamos para juntarnos a la mañana siguiente a desayunar en el camping donde Majo y Lucho se estaban quedando hacía ya unos días, en Lo de Vito´s. su dueño es un personajes salido de un cuento de espadas y dragones, parada obligatoria aunque sea una noche.



El desayuno se convirtió en una estadía de 3 noches para nosotros, durante las cuales compartimos almuerzos y cenas, ratos de playa y chapuzones en el mar, aprendiendo nuevos puntos de macramé. También se unieron Lucía y Facundo, dos marplatenses que estaban de vacaciones.


Se acercaba el día de la partida, pero nosotros teníamos en mente una pequeña estadía en el pueblo para descansar, producir y disfrutar Montañita. El último día llegaron Facu y Mica buscando donde hospedarse por 15 días ya que ella estaba enferma y necesitaba hacer reposo. Así que nos fuimos con ellos a conocer un hostel y allí nos instalamos los cuatro por 15 días.


En el Hostel eran todos argentinos salvo el administrador, “El Cuba” y 3 viajeras chilenas, Gaby, Javi e Ingrid (www.lodein.blogspot.com). Cada tan para no extrañar nuestras comidas tipicas nos preparabamos algunos platos como ñoquis, torta fritas y unas buenas empanadas.



 A los pocos días se sumó la visita y estadía de otra pareja viajera argentina en un Ford Falcon Futura, Martín y Sofía. Él partió de Mar del Plata buscando las mejores olas del Pacífico para surfear, y a los pocos meses de viaje se sumó ella a la aventura.


Una de las preguntas típicas entre los viajeros es cuánto tiempo lleva cada uno de viaje, y conversando justamente de esto con quienes conocimos hasta el momento es que nos damos cuenta que venimos con el pié en el acelerador, que por seguir sumando kilómetros no supimos disfrutar a fondo algunos lugares. Un ejemplo de ello es Perú, donde nos dieron tres meses de estadía y sólo aprovechamos uno. Es por eso que vamos tomando conciencia de a poco del viaje que estamos haciendo, que es algo que tenemos que aprovechar y disfrutar cada momento y cada día que vivimos.



El ver un mapa de América, la distancia recorrida, lo lejos que estamos de casa también nos ayuda a valorar lo que estamos haciendo y a sentirnos orgullosos de nosotros mismos por lo que logramos desde aquel día que decidimos comenzar este sueño de viajar a través de nuestro continente, de salir a descubrir, conocer y aprender de otras culturas y personas que vamos conociendo en el camino.

Tomando de la famosa funda de agua fria de 1 galon 

Volviendo a nuestra estadía en la playa, los primeros días acompañábamos a Facu a vender al centro del pueblo, mientras Mica se recuperaba. También aprovechamos para producir, aprender nuevos puntos y técnicas de tejido y compramos algunas semillas y otros materiales para hacer llaveros, colgantes y aros, y así ampliar la variedad de cosas para vender. Otra de las tareas fue hacer el parche donde exponer todos nuestros trabajos.


Y después de tantos días parados necesitábamos volver a la ruta aunque fuera sólo por un rato, así que preparamos los autos y nos fuimos con los chicos del Citro a pasar un día a la Playa de Los Frailes, en el Parque Nacional Machalilla. La playa es espectacular, es como una gran piscina de agua templada donde uno puede pasar todo el día sin costo alguno y con los mejores servicios de baños y duchas. Además, se puede acceder a un mirador donde se tiene una vista paradisíaca de toda la zona de playas.











Después de un día de descanso, retomamos la producción. Todo este trabajo tenía un propósito, que era salir a vender nuestras creaciones y así recuperar un poco de lo invertido. El gran día llegó, fue el sábado 10 de marzo cuando por fin nos animamos y caminamos por la playa de Montañita a contar nuestra historia y ofrecer además de las artesanías nuestras postales.


 Ya cayendo la noche, decidimos hacer base en la calle exponiendo nuestros trabajos y postales. Por ser el primer día, nos fue bastante bien, y conocimos mucha gente que comparte el mismo sueño que nosotros, viajar. Así que después de las 12 hubo festejo doble: por las ventas y por el cumple número 24 de Ale. Nos quedamos festejando con nuestros nuevos amigos Melina y Franco (del hostel) y Edgar, un guayaquileño que conocimos ahí y se sumó a la joda.



 

  Después de recuperar energías durante el día, compartimos una rica cena y festejamos el cumple con Mica y Facu, con torta de cumpleaños sorpresa de por medio.


Los 15 días se pasaron más rápido de lo esperado y finalmente llegó el momento de levantar campamento y volver a la ruta. Antes de la partida, nos despedimos de los chicos del hostel y salimos hacia la Playa de Los Frailes nuevamente con el Citro.


Pero al llegar se dieron cuenta que habían olvidado el mate y decidieron volver, no sin antes despedirnos hasta el próximo encuentro, ya que no seguiríamos la misma ruta. Nosotros aprovechamos la playa hasta su cierre a las 4.30 pm, y de allí nos fuimos hasta la Capital nacional del Atún, Manta, donde pasamos la noche en una gasolinera.

MAS FOTOS