Después de cuatro días de intenso carnaval cuencano, llegó el momento de volver a la ruta… Salimos de
Para ello, atravesamos el Parque Nacional Cajas acompañados
por una densa neblina y un poco de lluvia, para luego pasar por la calurosa
Guayaquil y desde allí tomar el desvío a Salinas.
Apenas llegamos la definimos
como la Miami Ecuatoriana ,
llena de edificios enormes de departamentos, hoteles, restaurantes y bares
ubicados sobre la Av. Costanera
frente al Malecón, lugar elegido por varios artesanos y vendedores de todo lo
que uno se imagine y más.
Al día siguiente el calor nos levantó temprano y decidimos
ir a tomar unos mates a la costa después de haber dormido en una Primax. Por un
día fuimos dos turistas más, ya que alquilamos una sombrilla y unas reposeras
para descansar, disfrutar de la playa y de la sombra. Esa noche nos animamos a
sentarnos en el Malecón con nuestras postales y pulseras, para ir perdiendo de
a poco el miedo…ventas no hubo, pero disfrutamos charlando con algunas personas
que se detenían a ver las fotos.
Dos noches en Salinas nos alcanzaron para recorrer el lugar,
caminar, disfrutar de la playa e ir aclimatándonos a la zona, ya que aquí la
temperatura es alta y los días calurosos, contrario a la sierra (donde se ubica
Cuenca), que allí generalmente hace frío y corre viento fresco.
El siguiente destino era el recomendado por todos,
Montañita. Dicen que el que viene a Ecuador y no va a Montañita no conoce el
país…así que no podíamos perderla, y hacia allá fuimos, recorriendo los 56km
que nos separaban.
Nuestra idea era encontrarnos con Lucho y Majo (nos
conocimos en Cuenca) así que recorrimos el pueblo para ver si estaban, pero sin
novedades. El lugar es pequeño pero pintoresco y lleno de extranjeros,
sobretodo argentinos, tanto de turistas como artesanos vendiendo en la calle y
hasta trabajadores temporales en bares y restaurantes, malabaristas y músicos.
Calles de Montañita que tienen vida las 24hs
Montañita es un lugar donde se concentran culturas de todo
el mundo, y se pueden experimentar sus comidas, bebidas y música. Algo típico
del pueblo es probar todo Happy: brownies, flan, trufas, etc.
Pero también tiene su lado oscuro, el colapso de algunos servicios
públicos como la luz que se corta cada tanto y el sistema de desagote de las
aguas residuales.
Algo muy curioso e inexplicable es como una gran bandada de
golondrinas se posan en los cables de tensión de dos esquinas paralelas del
centro hacia el atardecer. Hay que cuidarse de no detenerse bajo la “línea de
fuego” como se la conoce, es decir, justo debajo de las aves, para no ser
bombardeado con su excremento.
En una de las vueltas que dimos buscando a los chicos de la combi,
vimos un Citroen 3CV estacionado y nos acercamos a hablar. Eran Mica y Facu (www.citronautasdeamericamestiza.blogspot.com)
que hacía unos días andaban por ahí. Intercambiamos postales
Y en otra de las vueltas nos encontramos con Ale y Franco de Circo en Kombi (Facebook: Circo en Kombi) que venían viajando con los chicos del citro hacía casi un mes. Ellos van haciendo funciones de circo en los pueblos a los que llegan además de vender artesanías. Los chicos del Citro también venden artesanías y Mica es payasa, así que a veces hacen semáforo. Nos despedimos y quedamos en encontrarnos para ver la función de circo más tarde.
Cuando creíamos que Majo y Lucho ya se habían ido, nos encontramos con su perra Laika, y ella nos llevó una cuadra hasta donde ellos estaban. Fue lindo encontrarnos después de unos días, y esa noche aprovechamos para ir juntos a disfrutar del espectáculo de circo. Durante la función nos sorprendieron con malabares, fuego y hasta Ale participó de uno de los actos de riesgo.
Esa misma noche arreglamos para juntarnos a la mañana
siguiente a desayunar en el camping donde Majo y Lucho se estaban quedando
hacía ya unos días, en Lo de Vito´s. su dueño es un personajes salido de un
cuento de espadas y dragones, parada obligatoria aunque sea una noche.
Y en otra de las vueltas nos encontramos con Ale y Franco de Circo en Kombi (Facebook: Circo en Kombi) que venían viajando con los chicos del citro hacía casi un mes. Ellos van haciendo funciones de circo en los pueblos a los que llegan además de vender artesanías. Los chicos del Citro también venden artesanías y Mica es payasa, así que a veces hacen semáforo. Nos despedimos y quedamos en encontrarnos para ver la función de circo más tarde.
Cuando creíamos que Majo y Lucho ya se habían ido, nos encontramos con su perra Laika, y ella nos llevó una cuadra hasta donde ellos estaban. Fue lindo encontrarnos después de unos días, y esa noche aprovechamos para ir juntos a disfrutar del espectáculo de circo. Durante la función nos sorprendieron con malabares, fuego y hasta Ale participó de uno de los actos de riesgo.
El desayuno se convirtió en una estadía de 3 noches para
nosotros, durante las cuales compartimos almuerzos y cenas, ratos de playa y
chapuzones en el mar, aprendiendo nuevos puntos de macramé. También se unieron
Lucía y Facundo, dos marplatenses que estaban de vacaciones.
Se acercaba el día de la partida, pero nosotros teníamos en
mente una pequeña estadía en el pueblo para descansar, producir y disfrutar
Montañita. El último día llegaron Facu y Mica buscando donde hospedarse por 15
días ya que ella estaba enferma y necesitaba hacer reposo. Así que nos fuimos
con ellos a conocer un hostel y allí nos instalamos los cuatro por 15 días.
En el Hostel eran todos argentinos salvo el administrador,
“El Cuba” y 3 viajeras chilenas, Gaby, Javi e Ingrid (www.lodein.blogspot.com). Cada tan para no extrañar nuestras comidas tipicas nos preparabamos algunos platos como ñoquis, torta fritas y unas buenas empanadas.
A los
pocos días se sumó la visita y estadía de otra pareja viajera argentina en un
Ford Falcon Futura, Martín y Sofía. Él partió de Mar del Plata buscando las
mejores olas del Pacífico para surfear, y a los pocos meses de viaje se sumó
ella a la aventura.
Una de las preguntas típicas entre los viajeros es cuánto
tiempo lleva cada uno de viaje, y conversando justamente de esto con quienes
conocimos hasta el momento es que nos damos cuenta que venimos con el pié en el
acelerador, que por seguir sumando kilómetros no supimos disfrutar a fondo
algunos lugares. Un ejemplo de ello es Perú, donde nos dieron tres meses de
estadía y sólo aprovechamos uno. Es por eso que vamos tomando conciencia de a
poco del viaje que estamos haciendo, que es algo que tenemos que aprovechar y
disfrutar cada momento y cada día que vivimos.
El ver un mapa de América, la distancia recorrida, lo lejos
que estamos de casa también nos ayuda a valorar lo que estamos haciendo y a
sentirnos orgullosos de nosotros mismos por lo que logramos desde aquel día que
decidimos comenzar este sueño de viajar a través de nuestro continente, de
salir a descubrir, conocer y aprender de otras culturas y personas que vamos
conociendo en el camino.
Tomando de la famosa funda de agua fria de 1 galon |
Volviendo a nuestra estadía en la playa, los primeros días
acompañábamos a Facu a vender al centro del pueblo, mientras Mica se
recuperaba. También aprovechamos para producir, aprender nuevos puntos y
técnicas de tejido y compramos algunas semillas y otros materiales para hacer
llaveros, colgantes y aros, y así ampliar la variedad de cosas para vender.
Otra de las tareas fue hacer el parche donde exponer todos nuestros trabajos.
Y después de tantos días parados necesitábamos volver a la
ruta aunque fuera sólo por un rato, así que preparamos los autos y nos fuimos
con los chicos del Citro a pasar un día a la Playa de Los Frailes, en el Parque Nacional
Machalilla. La playa es espectacular, es como una gran piscina de agua templada
donde uno puede pasar todo el día sin costo alguno y con los mejores servicios
de baños y duchas. Además, se puede acceder a un mirador donde se tiene una
vista paradisíaca de toda la zona de playas.
Después de un día de descanso, retomamos la producción. Todo
este trabajo tenía un propósito, que era salir a vender nuestras creaciones y
así recuperar un poco de lo invertido. El gran día llegó, fue el sábado 10 de
marzo cuando por fin nos animamos y caminamos por la playa de Montañita a contar
nuestra historia y ofrecer además de las artesanías nuestras postales.
Ya cayendo la noche, decidimos hacer base en la calle exponiendo nuestros trabajos y postales. Por ser el primer día, nos fue bastante bien, y conocimos mucha gente que comparte el mismo sueño que nosotros, viajar. Así que después de las 12 hubo festejo doble: por las ventas y por el cumple número 24 de Ale. Nos quedamos festejando con nuestros nuevos amigos Melina y Franco (del hostel) y Edgar, un guayaquileño que conocimos ahí y se sumó a la joda.
Después de recuperar energías durante el día, compartimos una rica cena y festejamos el cumple con Mica y Facu, con torta de cumpleaños sorpresa de por medio.
Los 15 días se pasaron más rápido de lo esperado y
finalmente llegó el momento de levantar campamento y volver a la ruta. Antes de
la partida, nos despedimos de los chicos del hostel y salimos hacia la Playa de Los Frailes
nuevamente con el Citro.
Pero al llegar se dieron cuenta que habían olvidado el mate
y decidieron volver, no sin antes despedirnos hasta el próximo encuentro, ya
que no seguiríamos la misma ruta. Nosotros aprovechamos la playa hasta su
cierre a las 4.30 pm, y de allí nos fuimos hasta la Capital nacional del Atún,
Manta, donde pasamos la noche en una gasolinera.
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Tengo muchas ganas de conocer Montañita!! me han dicho que es un lugar increible, y parece que acá se comprueba jeje. LO que quería consultarte es como puedo hacer para llegar hasta el pueblito? porque tengo los pasajes a Guayaquil y de ahi no tengo idea como llegar hasta Montañita.... me han dicho que hay micros que no son del todo seguros, así que te agradeceré el dato!!! SAludos!!
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