Nosotros no fuimos los únicos que aprovechamos semejante oferta, ya que nos encontramos con varios extranjeros, sobretodo ciclistas europeos, que disfrutaron del lugar. Al verlos con su equipaje comprimido en sólo dos ruedas, no esperamos más de un minuto para acercarnos y comenzar a charlar de lo que más nos gusta: viajar.
La última noche antes de continuar viaje estuvimos conversando con Martín y Silvina, quienes se interesaron mucho en nuestro sueño y que hoy nos acompañan también a través del blog.
Nuestro siguiente destino era la Ciudad de Salta, atravesando la Quebrada de las Conchas, con espectaculares formaciones rocosas talladas por el viento, como el Sapo, el Anfiteatro y la Garganta del Diablo. Y un poco más adelante, el pueblo de Alemanía, con su antigua estación de ferrocarril.
Como el tiempo pasa volando así como nuestro dinero, ya tenemos una pequeña idea para generar ingresos fuera del país, pero más adelante les iremos contando…
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