Solo 3 días nos bastaron para visitar toda la provincia de San Juan. Tiene unos paisajes que no teníamos pensado ver, así como la gente y la tranquilidad que posee por ser la capital de la provincia.
Llegamos un domingo por la tarde y el lunes después de salir de la oficina de turismo nos organizamos el día para aprovecharlo a fondo ya que el sol se esconde en el horizonte casi llegando las 9 de la noche.
Ya con una cambio de aceite y luego de hacerle un pequeño diagnostico al Gol, acompañados por la buena onda de Cristian, nos fuimos para la casa natal de Domingo Faustino Sarmiento, siendo lo primero que vistamos. Es un museo y una de las pocas construcciones que quedaron en pie después del terremoto de 1944 que dejó toda la capital bajo escombros. Aquí se puede apreciar la vida del prócer y su trayectoria. Aún se conservan cosas de la época y los muebles que usaban.
Más tarde nos movilizamos unos 65 km para visitar el santuario de La Difunta Correa, Teniendo así miles de seguidores que le dejan ofrendas y plegarias, lleno de patentes de automóviles, vestidos de novias y la infaltable botella de agua para la Difunta para que no se deshidrate en medio del desierto, así cuenta la historia. La imagen retenida por el pueblo es el de una mujer que yacía en los cerros y como última expresión del amor de madre, sabiéndose cercana a la muerte, apretó a su hijo hacia su pecho y murió amantándolo, y ya muerta continuó su hijo alimentándose del pecho materno, hasta que fue encontrado por
unos lugareños.
Con la ultimas horas del luz nos fuimos al Embalse de Ullum en plena precordillera Andina, en tan solo 60km se puede recorrer un circuito que empieza y termina en la capital Sanjuanina. Pudimos pasar la tarde y visitar el Autodromo El Zonda y el Museo Einstein dentro de la montaña.
Ya que hablamos de terremotos se puede decir que San Juan es la única provincia en la Argentina cuya capital fue devastada por uno y todo esto se puede apreciar en el Museo de La memoria Urbana, que nos cuenta el antes y después de la catástrofe de la década del 40, y que mejor que sentirlo a través de un simulador sísmico. Y para terminar una hermosa noche, disfrutamos de una vista espectacular de la ciudad desde lo alto del campanario de la Catedral.
Siguiendo la 40 nos quedaban visitar las ciudades alejadas de Iglesias, Rodeo y Jáchal para así entra a la provincia de la Rioja.
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