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Tigre, Buenos Aires, Argentina
Daniela Plaza y Alejandro Demarco

martes, 24 de enero de 2012

Recorriendo el norte peruano


Al día siguiente seguimos camino, pasamos por el pueblo de Casma con la idea de sacar un seguro temporal para el auto, ya que desde que entramos en este país no contábamos con él, y los policías en Lima ya nos habían advertido. Recorriendo las calles de la ciudad nos encontramos con cuatro motoviajeros, dos ecuatorianos y dos colombianos, quienes estaban viajando hacia Argentina. Enseguida nos pasamos los contactos y quedamos en pasar a verlos por Cuenca y Bogotá. Volviendo al tema del seguro, como este es un pueblo pequeño y no cuenta con aseguradoras para turistas, nos movimos una hora más por la
ruta hasta llegar a la Ciudad de Chimbote. Aquí cargamos por completo el tanque de nafta y nos dedicamos a buscar un seguro para el Gol. Por tanto tráfico y caos en las calles,
decidimos dejar el coche en un estacionamiento de un super. Al bajar del auto se nos acerca un señor diciendo ¿Argentinos? ¡Messi! Nos saludamos y justo cuando estabamos tomando el ascensor, nos corrió y entregó una tarjeta de sus restaurantes. Enseguida bajamos y le entregamos una tarjeta nuestra, explicándole de nuestro viaje. Nos invitó para pasar un rato más tarde por los locales.
Con mucha prisa nos fuimos a la calle comercial donde estaban todas las compañías. Después de 30 minutos de entrar y salir de una y otra, logramos conseguir nuestro documento válido por un mes a un costo de USD 10.00 en la compañía La Positiva. Ya un poco más tranquilos nos fuimos a buscar el restaurante frente al malecón (costanera). Se trata de dos restaurantes llamados Mar y Luna, en el segundo encontramos a Julio, su dueño, el mismo que nos entregó su tarjeta. Nos terminamos de presentar mejor, y nos quedamos charlando del viaje. Luego nos invitó a almorzar unos platos típicos de su local (la base es el pescado y los mariscos): chicharrón de pescado y arroz chaufa de pescado. Hacía rato que no comíamos tan rico. También nos prestó la ducha del local, y hasta Internet para poder ponernos más al día con el blog, así que ahí nos quedamos toda la tarde. Este lugar está muy bien decorado, todo está puesto en cuadros, desde paisajes típicos del Perú, personajes históricos, discos de vinilo colgados, mucho fútbol (camisetas, posters, bufandas, banderas) de clubes de todo el mundo. Hasta tiene su propio escenario, ya que los fines de semana hay espectáculos de salsa y cumbia.












Quedamos muy agradecidos por el trato de Julio y su esposa (quien nos invitó una mazamorra morada muy rica) y todos sus trabajadores. Les dejamos la dirección del lugar por si andan por Chimbote, no se lo pueden perder!
MAR&LUNA I Jr. Villavicencio 104 esquina con Malecón Grau

MAR&LUNA II Jr. Libertad 348 Miramar Bajo

E-mail: reservas@maryluna.com.pe - Telefonos: (043) 345-205 / (043) 325-320

Chimbote – Perú


Salimos de ahí, y antes que se escondiera el sol, terminamos en una Primax (estación de servicio) a las afueras de la ciudad de Trujillo. Es la tercer ciudad más grande del país y por su agradable clima se puede visitar todo el año, por eso es conocida como la Ciudad de la Eterna Primavera. El primer día recorrimos la histórica y colonial plaza de armas, con sus antiguos balcones y edificios típicos bien llamativos.
Centro histórico de Trujillo




Luego nos alejamos unos pocos kilómetros del centro para visitar la Huaca del Sol y de la Luna. Pagamos una entrada muy económica e ingresamos al museo de sitio para conocer más sobre la cultura moche. Se pueden observar trabajos hechos en cerámica, oro y plata. El templo de la Luna es el único que se puede visitar, ya que en el del Sol aún no han comenzado las excavaciones. En total son 5 edificios superpuestos, construidos uno sobre el otro cada vez que cambiaba el gobierno y entraba otro nuevo, respetando las formas y diseños. Todo esto sucedió entro los 200 y 700 años DC.





Casi cayendo la tarde nos fuimos a almorzar/merendar a un bar cerca de la Ciudad. Al sentarnos para comer había una larga mesa con una familia de festejo. Entre preguntas y preguntas, terminamos en su mesa tomando unos tragos y festejando el cumple del hermano de Mayra, quien nos sugirió playas y lugares para conocer.


La pasamos de maravilla hasta casi llegada la noche, que nos acercamos a la playa de Huanchaco (famosa en la zona por la forma de pescar de sus habitantes, que lo hacen con unas canoas artesanales, llamadas caballitos de totora) donde solo estuvimos dos horas ya que era demasiado turístico para nuestro gusto.

Al otro día nos fuimos para la Ciudadela de Chan Chan (significa Sol-Sol), la ciudad de adobe más grande de América prehispánica, capital religiosa y administrativa del reino del gran chimu, hasta que fue conquistada por los incas. Declarada Patrimonio Cultural de la Humanidad por la UNESCO en 1986.













Fue construida en los siglos XII y XV. Una de las características de Chan Chan son sus muros con decoraciones en relieve que muestran motivos geométricos y diseños zoomorfos estilizados. Pero las restauraciones y reconstrucciones hacen que el lugar pierda parte de su contexto histórico, a pesar que ayuda a los visitantes a conocer más sobre esta cultura.


El boleto turístico de acceso a estas ruinas permite además conocer otras huacas históricas que han quedado dentro de la ciudad y el Museo de Sitio (que se quedó en el tiempo, además de que no es atractivo), aunque la única que vale la pena es Chan Chan.

Aprovechando el resto de la tarde que aún nos quedaba, decidimos ir hasta Magdalena de Cao para visitar el Museo de la Señora de Cao, en el Complejo Arqueológico El Brujo. Ésta es una momia que fue encontrada después de 1700 años de su muerte, envuelta en un fardo funerario muy pesado. Se determinó que fue una gobernante de la cultura moche, y su cuerpo estaba tatuado con motivos de arañas y serpientes. Su estado de conservación es impresionante, al igual que el ajuar que ha sido encontrado en su tumba (collares, narigueras y pendientes), con lo que demuestra su poderío y posición en la sociedad moche.


martes, 17 de enero de 2012

Año nuevo, amigos nuevos!


El 1° de enero nos dedicamos a sumar kilómetros, uniendo la región serrana con la de la costa, es decir, desde Abancay a Nasca, entre los 4000 y 600 msnm. Aquí el calor ya se hacía sentir permanentemente, es una ciudad ubicada en una zona desértica, donde casi no llueve y las altas temperaturas dicen presente. Dormimos en un grifo y al día siguiente fuimos a la oficina de turismo para averiguar los valores estimados de los sobrevuelos delas líneas de Nasca (Patrimonio de la Humanidad), unos USD 85 cada uno, más impuestos. Decidimos dejarlo para otra oportunidad, y dedicarnos a ponernos al día con al limpieza del auto y nuestras cosas. Es así como llegamos a otro grifo donde nos recibió muy amablemente Diego y su esposa, quienes nos prestaron la cocina, nos permitieron dormir dentro de la oficina y también lavar nuestra ropa y auto.

Ya listos para seguir camino, ordenamos todo y volvimos a transitar por la panamericana, haciendo un stop en un mirador natural de las líneas, pero no se distingue nada. Por eso el mirador de hierro que hay más adelante no lo hicimos, y seguimos hacia Paracas.



Caminamos por la playa, almorzamos un poco tarde y jugamos a las cartas. Fue en eso que se nos acercó un hombre, profesor de la Universidad de Ica, y nos consultó si queríamos sacarnos una foto con sus alumnos, que estaban egresando de sus carreras. Al principio no comprendimos, pero luego nos acercamos y, fotografía de por medio, nos quedamos charlando y aprendiendo un poco más sobre Perú y su cultura, distinta a la nuestra a pesar de ser casi países vecinos. Aprovechamos también a contarles sobre nuestro viaje, al cual se mostraron muy interesados.

Ya cercana la noche, buscamos un grifo en las afueras de Pisco para descansar, y con las últimas luces seguimos aumentando el stock de nuestras pulseras.

La ruta panamericana, sigue atravesando Perú de sur a norte, por lo que la retomamos. Antes de salir de viaje nuestra idea era visitar Lima, ciudad capital del país, pero durante nuestro recorrido recibimos tantos comentarios de alerta por robos e inseguridad, que decidimos seguir de largo. No fue fácil esquivarla, nos equivocamos y en vez de doblar a la derecha hacia la circunvalación, lo hicimos a la izquierda, entrando en el centro y pasando por varios barrios. Lo único que queríamos era salir, el tráfico en la capital es aún más caótico y arriesgado que en otras ciudades, nadie respeta el paso del otro y todos se encierran entre todos. Por fin logramos salir y continuar viaje hacia la ciudad de Huarmey, donde hicimos noche en una Primax. Para colmo, desde que retomamos la panamericana (aunque en otras rutas también) nos están matando con los peajes, además de ser caros (entre 8 y 10 soles cada uno) los hay cada 100 km.

Al otro día, cuando ya teníamos todo listo para salir, vemos una camioneta con patente argentina. Se nos hizo costumbre charlar con otros viajeros para saber de dónde son, que andan haciendo, etc, ya que en esta zona no es muy común ver argentinos. Resultaron ser de Chilecito, La Rioja, y nos comentaron que estaban parando en una playa cercana. Luego de unos minutos nos despedimos. Cargamos agua en el termo y decidimos acercarnos a la playa a desayunar en vez de hacerlo en la ruta.

Cuando llegamos a la playa de Tuquillo los encontramos, y enseguida nos invitaron a conocer al resto de la familia. Allí nos quedamos todo el día con Graciela, Lito, Calfú, Nahuel y Rocío (nuestra primera clienta de las pulseras), Kenny, Claudia, Rosa, Sara, Marcelo y Sergio. Pasamos una tarde maravillosa, y hasta nos regalaron un dulce de leche que se nos había terminado! Ellos regresaban a Lima esa misma tarde, así que nosotros nos quedamos a ver el atardecer, y luego volvimos a la primax de Huarmey para no conducir de noche.





Machu Picchu maravilla del mundo


Tanto esperar, tanto imaginar y tanto soñar, al fin estamos aquí. Es el lugar que toda persona debe conocer antes de morir, por eso vienen de todas partes del mundo a quedar impactados al ver la ciudad perdida de los incas.


Descubierta científicamente en 1911 por el profesor inglés Hiram Bingham, unos años más tarde, en 1914, se dio a conocer al mundo. Es un lugar místico, escondido en plena soledad de la montaña a unos 2400 msnm. Fue construido totalmente en piedra aprovechando todos los espacios y en armonía con la naturaleza. Se distinguen dos sectores: la zona
urbana (colmada de palacios, templos, escalinatas) y la zona agrícola (terrazas de cultivo).


En 1983 fue declarada Patrimonio Natural y Cultural de la Humanidad por la UNESCO y hoy además la tenemos entre una de las7 maravillas del mundo.


Bien temprano en la mañana del 30 de diciembre de 2011 nos levantamos del hostal viendo un cielo totalmente despejado, y salimos hacia el santuario. Como el bus para llegar hasta la entrada del Parque no lo pensábamos pagar por el alto costo (USD 16 ida y vuelta por persona), comenzamos a caminar por la ruta que hacen los buses en zigzag, y en algunos tramos cortábamos camino por las escaleras. Tardamos 1 y ½ hs en llegar a la cima, tan agotados que tuvimos que descansar 30 minutos para recuperarnos. Casi llegando a las 8 am con muchos turistas que iban y venían presentamos nuestros tickets de ingreso y a pocos metros ya estábamos en este lugar maravilloso, llamado Machu Picchu. Se nos llenaron los ojos de lágrimas sin poder creer todavía donde estábamos.


Como los precios por acá son muy elevados, no quisimos pagar a un guía para hacer el recorrido, así que cada vez que veíamos a un grupo de turistas nos sumábamos disimuladamente para escuchar la visita guiada y aprender un poco más sobre esta cultura.

El lugar es realmente gigantesco, con miles de escalinatas y senderos para caminar, sacar cantidades interminables de fotos y videos.





Una excursión aparte que se puede hacer aquí es escalar el Wayna Picchu. Es la montaña que se ve en todas las fotos y postales, y desde donde se obtiene una vista totalmente diferente del lugar. Pero por esta vez, decidimos dejarlo de lado por los tiempos, dinero y cansancio.

Seguimos recorriendo, y llegamos hasta el Puente Inca, un pequeño puente de madera que aún se conserva, muy angosto y que une dos senderos de piedras. Aquí conocimos a Agustín, un viajero proveniente de Bariloche, Argentina, que estaba recorriendo Perú con su mochila al hombro y con una ruta más que interesante y aventurera: recorrer el Amazonas en barco desde Perú hasta Brasil, para luego encontrarse allí con su familia en Bombas.


Ya visitando lo último que nos quedaba, nos tiramos a descansar un poco, cuando de repente se nubló el cielo y se largó un aguacero impresionante, por lo cual tuvimos que emprender la retirada. Por suerte casi no nos faltó nada por recorrer.


Alrededor de las 2 pm abandonamos la ciudadela con destino al hostal de Aguas Calientes, donde pasamos la noche.

Ya descansados y recuperados de la aventura del día anterior, preparamos todo y bien tempranito salimos con rumbo a Santa Teresa. Luego de caminar unas 2 y ½ hs, llegamos a la Hidro y tomamos un taxi para buscar el auto y seguir viaje. En un primer momento pensamos en pasar fin de año en Ollantaytambo, pero decidimos seguir unos km más. Error. La ciudad próxima más grande estaba a unos 300 km, pero un camino de plena montaña, con subidas y bajadas, curvas y contracurvas. Resultado: llegamos a Abancay a las 9 pm agotados, donde tuvimos que acomodarnos en una estación de servicios. Más bronca nos dio al saber unos días más tarde que los chicos de CheToba habían pasado las fiestas en Ollanta.

sábado, 14 de enero de 2012

Machu Picchu por Tierra


Siguiendo rumbo norte, recorrimos los 320 km que nos separaban de la 2° ciudad más grande de Perú, Cusco. Siendo sábado y 24 de diciembre, nos enteramos que la oficina de Información Turística estaba cerrada y abriría recién el lunes 26. Aprovechamos para recorrer la Ciudad a pié, y conocer su plaza principal. Nos sorprendió la cantidad de gente que había, la plaza estaba llena de puestos donde se vendía de todo, además de haber mucha gente, sobretodo mujeres y niños durmiendo en las veredas de los edificios. Más tarde preguntando, nos enteramos que el gobierno entrega chocolatada, pan dulce y
regalos a los niños, es por eso que se acerca gente de los poblados cercanos de la sierra a recibir los presentes.



Ya cuando atardecía, buscamos una estación de servicios donde dormir. Unos 15 minutos antes de las 00.00 decidimos llegarnos hasta la plaza de armas para festejar navidad. La Ciudad iluminada y los fuegos artificiales le daban un toque mágico al lugar, además de estar muy bien decorada y cuidada por policías y gente de limpieza.



Luego de los festejos nos fuimos a dormir esperando descansar un poco después de un día tan movido, y el 25 cuando nos despertamos no podíamos ni salir del auto por semejante diluvio que había, y nos tuvimos que quedar en el auto todo el día ya que la lluvia no cesó hasta la noche.

Nuestra idea ya el lunes era buscar información para visitar el Cusco y la fam
osa ciudadela inca de Machu Picchu. Bien temprano estábamos en la oficina central. Nos explicaron sobre las ruinas locales, la catedral, museos y las ruinas de Valle Sagrado que sólo se podían visitar con la compra de un boleto turístico de S/130,00 por persona con una duración de 10 días para usarlo, y la info para ir a Machu Picchu. Como nuestra idea era gastar poco conociendo mucho, teníamos que pensar como hacerlo, por eso nos fuimos a desayunar y a pensar a un bar del centro. Nos atendió Fabiana, una salteña muy simpática que hace unos meses está viviendo en la Ciudad junto a su marido. Nos preparó arroz a la cubana con un riquísimo café con leche que hacía tanto que no tomábamos. Le comentamos de nuestra situación y nos dijo que si esperábamos 15 minutos, llegaría Ivon, su jefa y dueña del local para aclarar nuestras dudas y darnos otra opción más económica de visita. Nos explicó que para llegar hay varias formas de hacerlo: por tren desde Cusco hasta Aguas Calientes, USD 130.00 por persona. Sino, la ruta entre Ollantaytambo y Aguas cuesta USD 90.00 cada uno. Por supuesto que esto nos estaba en nuestro presupuesto, así que teníamos que buscar otra opción.
Después de dejar el bar “La Fruta Madre” (Av. Del Sol - 2° piso), excelente lugar para
desayunar y charlar con Fabi e Ivon de lo que sea, seguimos camino. Con un mar de dudas sobre cómo visitar el Machu Picchu, nos fuimos a revisar nuestros e-mails y actualizar un poco el blog que lo teníamos bastante abandonado.

Como todo viajero que está metido en la web tiene conocidos de la ruta, nos contactamos con Joaquín de www.poramericaandando.blogspot.com que nos recomendó la ruta que ellos habían hecho unos meses atrás, que fue la siguiente: sin recurrir a ninguna agencia ni pagar pasajes costosos, decidieron manejar hasta el pueblo de Santa Teresa, hacer noche allí y a la mañana siguiente salir en taxi hasta la central hidroeléctrica, para luego caminar cerca de 3 horas por el costado de las vías, hasta Aguas Calientes.

Nos pareció la mejor opción y la más económica. Con la ayuda de Ronoel, un guía local que nos recomendó Miguel de Salta, terminamos de conocer los últimos detalles y recomendaciones para emprender el viaje a las misteriosas ruinas. Sin perder más tiempo, salimos a comprar un poco de frutas y otras provisiones para al día siguiente salir lo más temprano posible.

En la ruta que nos llevaba a Ollantaytambo, antes de llegar a Urubamba conocimos a una pareja de argentinos, Mauro y Eugenia, que estaba viajando en su Land Rover a través de Bolivia y Perú, con destino Machu Picchu. Nos quedamos charlando unos minutos, y luego seguimos hacia las Salineras de Maras.




A comparación de otras, éstas son artificiales y están ubicadas en terrazas; llama mucho la atención su ubicación porque están en el medio de un cañón.



Retomando la ruta llegamos a Ollantaytambo, un pueblo con la mayoría de sus construcciones de piedra, donde aún hay un sector que viven tal como los antiguos incas, con sus angostas calles, pasillos y acequias que recorren todo el pueblo. Tiene bastantes ruinas para conocer, algunas hay que pagar y otras no, como las de Pincuylluna. Aquí se encuentran las colcas (depósitos agrícolas) más interesantes de todo el valle sagrado.

En la cima de la montaña se puede observar un gigantesco bloque de piedra que para los lugareños representa el rostro de un inca que cuida el lugar, y además desde allí se puede tener una hermosa vista de la ciudad completa.

Por primera vez dormimos en una plaza, al costado de la comisaría. Al despertarnos, nos quedamos conversando con el Oficial Técnico Cáceres, que quedó encantado con nuestro viaje, al igual que dos chicos cordobeses que habían alquilado unas motos y estaban recorriendo Perú, con destino principal Machu Picchu.





Ya con el auto en marcha, y habiendo recorrido dos cuadras, nos llamaron la atención dos motos viajeras con la matrícula de Alaska. Se trataba de Lars y Henriette, dos dinamarqueses que están haciendo el mismo viaje que nosotros pero a la inversa (www.N69S54A.com). Nos quedamos conversando con ellos, y nos presentaron a un matrimonio con su hijo proveniente de Alaska, con quienes prometimos mantenernos en contacto y visitarlos a nuestra llegada.



Luego de tomar unas fotografías de recuerdo, seguimos rumbo a Santa Teresa, para lo cual tuvimos que atravesar un camino muy duro a pesar que era todo asfalto, primero subir y bajar unas sierras en zigzag casi llegando a los 3800 msnm, y luego de llegar a Santa María, el camino se vuelve de tierra y por el medio de la selva por un camino de cornisa. Por ser el verano temporada de lluvias, suele haber desprendimientos de la ladera de la montaña, que en ocasiones cortan los caminos, pero llegamos a destino sin ningún inconveniente. Éste es un pueblo pequeño, y parada obligada antes de la Hidroeléctrica, así que siguiendo las recomendaciones de Joaquín, dormimos allí por S/20.00 la noche, y dejamos el auto estacionado. A la mañana siguiente partimos en una combi hasta la Central, de allí en más nuestro único transporte eran las piernas, por eso las usamos durante casi 3 horas bajo la lluvia, para llegar a Aguas Calientes. Lo primero que hicimos fue sacar nuestro ticket para visitar las ruinas al día siguiente, y luego buscar donde dormir.



Reviviendo la historia Inca


Por fin llegamos el 19/12 a territorio inca. Perú, nuestro tercer país conquistado en este sueño. Salimos por la frontera chilena de Arica para después entrar a Tacna. No tuvimos ningún problema, con sólo presentar el DNI y la cédula verde del auto, los policías harían el resto del trabajo para poder seguir viaje. El tiempo máximo de permanencia que nos dieron para estar en Perú fue de 90 días, cosa que nos alcanza y sobra. Ahh, y no se olviden de pedir el Certificado de Internación Temporal de Vehículos en SUNAT (Aduanas).
Ya siendo las 4 pm nos fuimos para la ciudad de Tacna, a pasitos de la frontera, donde fue nuestro primer contacto con el Perú. Como nuestra idea no era hacer noche allí, param
os en una estación de servicios, que aquí se las llama grifos, para consultar que carretera tomar para seguir viaje hacia el norte, y de paso familiarizarnos con los precios de la gasolina: S/ 14.50 el galón, que serían casi cuatro litros. Además, tuvimos que atrasar nuestros relojes 2 horas, que es la diferencia que hay con Argentina. Con nuestro primer contacto con un ciudadano peruano nos pareció bastante educado y amable.
Moquegua nos recibió ya con el sol en el horizonte, le dimos unas vueltas a la Ciudad para así poco a poco meternos en la cultura peruana. Aquí todo se consigue en la calle en precarios puestos, desde comida, ropa, frutas hasta un lindo corte de cabello. Comimos un plato callejero, un mix de arroz, papas fritas, fideos y pollo por S/3,00 (unos $6,00 argentinos) y n
os fuimos a dormir en un pequeño grifo en las afueras del centro.



Ya descansados, al día siguiente antes de salir a la ruta, el dueño del grifo se nos acercó muy amable, nos orientó y recomendó varios lugares para visitar en su país. Ya teniendo una idea de valores y distancias, continuamos hacia nuestro siguiente destino: la Ciudad de Arequipa.
Es una de las principales del país, y una de las más caóticas en cuanto a tránsito se refiere, por lo que sin dudarlo dejamos el auto en un estacionamiento, y a caminar! Su plaza de arm
as y su Catedral son muy bonitas, la mayoría de los edificios están construidos con una piedra blanca llamada sillar, que tiene la característica de ser antisísmica, por eso se la conoce como “la Ciudad blanca”.El mirador de Yanahuara, a unas 15 cuadras del centro, es una hermosa postal de la Ciudad, su pequeña plaza con su iglesia la hace más atractiva. Por la tarde decidimos buscar el auto y continuar al próximo pueblo, Yura, donde conseguimos un grifo donde poder pasar la noche y así al día siguiente visitar el Cañón del Colca.
Luego de atravesar las primeras sierras peruanas, llegamos al Pueblo de Chivay, donde está el desvío hacia el Cañón, el más profundo del mundo, con más de 3700 metros (el doble que el cañón del Colorado en EEUU). En el trayecto hacia el Mirador Cruz del Cóndor pasamos por pequeños y atractivos pueblos, en su mayoría dedicados a la agricultura, utilizando las terrazas de cultivo como en la época de los incas.
Entre ellos destacan Yunque y Achoma, con sus iglesias coloniales. Llegamos al Cruz del Cóndor pero ya era un poco tarde, y además el clima estaba volviéndose frío, por lo que los cóndores que habitualmente sobrevuelan en la zona no aparecían, salvo dos o tres. Seguimos viaje hasta Cabanaconde, hermoso pueblito desde donde se realizan caminatas al interior del cañón, y hasta se puede dormir allí en pequeños refugios turísticos. Decidimos volver a Chivay, donde luego de cenar un menú de sopa, pollo frito con guarnición y refresco por S/5,00 ($10,00, increíble!) buscamos donde pasar la noche.





El camino a Puno, siguiente destino ubicado a orillas del Lago Titicaca, nos llevó por una ruta asfaltada que atraviesa montañas y sierras, cerca de los 4000mts de altura, totalmente nevadas. Paramos a tomar unas fotografías, y a jugar un rato con la nieve. Llegamos ese mismo día, 22 de diciembre, a la ciudad de Puno.

Ésta está ubicada a orillas del Lago Titicaca, el lago navegable más alto del mundo, y co
mpartido con Bolivia. Desde allí se pueden visitar la Isla de los Uros, Amantaní y Taquile, y hasta se puede dormir en ellas. Buscando los mejores precios, conseguimos un paseo de día completo para el 23/12, visitando la Isla de los Uros y Taquile, cuyo arte textil ha sido declarado Patrimonio de la Humanidad. También, buscando donde dejar el auto en un lugar seguro, nos recomendaron un hotel, donde aprovechamos su precio económico para pasar la noche.



Los uros son una comunidad antigua que vive desde hace años en el lago, y van construyendo sus islas que son flotantes. Sí, no son naturales, sino artificiales, y tienen una vida útil de
unos 6 a 8 años. Sus viviendas, islas, artesanías, todo gira en torno a la totora, conocido como junco. Caminar sobre las islas es muy raro, la sensación es de estar flotando en el agua. La base de las islas son bloques de raíces de juncos atados unos a otros, y sobre eso ponen capas superpuestas de juncos.

Sin embargo, a gusto personal, creemos que es demasiado comercial y turístico, como que terminan exagerando y han modificado su forma de vida para atraer más turistas. Muchos de los recuerdos que venden se notan que son industriales, no artesanales (llaveros, bolsos, sweaters, pulseras). Las canciones que cantan y las frases que dicen son sacadas de películas de Hollywood. Parece que al estar tan cerca de Puno (20min de navegación) se han “contaminado” del consumismo. Obviamente nada es económico, ni las artesanías, ni la comida, ni nada. Cobran hasta por poner un sello en el pasaporte que dice que uno estuvo allí, el mismo que en
Ushuaia nos pusieron gratuitamente…


En cambio Taquile, ubicada a 2 y ½ horas de navegación y sobre una isla rocosa, mantienen sus costumbres. a pesar de que es visitada por cientos de personas diariamente, no todos sus habitantes se dedican al turismo, sino que muchos siguen con su actividad económica centenaria, la agricultura, llevada a cabo en terrazas, dándole un toque especial a sus paisajes.
El lago Titicaca es enorme, tiene unos 62 Km. x 150 Km. de superficie, siendo el 60% peruano y el 40% restante boliviano. Su nombre en quechua (idioma de los incas, hablado desde
Puno hacia el norte) significa Puma de piedra. En aymará (lengua pre inca, hablada de Puno hacia el sur), significa puma gris.

Por suerte el clima nos acompañó durante todo el viaje, dándonos tiempo de recorrer y conocer las islas, y recién cuando comenzamos el regreso, empezó a llover. Ya en tierra firme, b
uscamos el auto que estaba en la cochera del hotel y tomamos la ruta hacia Cusco, parando a dormir en una gasolinera en Juliaca.