Datos personales

Mi foto
Tigre, Buenos Aires, Argentina
Daniela Plaza y Alejandro Demarco

sábado, 14 de enero de 2012

Machu Picchu por Tierra


Siguiendo rumbo norte, recorrimos los 320 km que nos separaban de la 2° ciudad más grande de Perú, Cusco. Siendo sábado y 24 de diciembre, nos enteramos que la oficina de Información Turística estaba cerrada y abriría recién el lunes 26. Aprovechamos para recorrer la Ciudad a pié, y conocer su plaza principal. Nos sorprendió la cantidad de gente que había, la plaza estaba llena de puestos donde se vendía de todo, además de haber mucha gente, sobretodo mujeres y niños durmiendo en las veredas de los edificios. Más tarde preguntando, nos enteramos que el gobierno entrega chocolatada, pan dulce y
regalos a los niños, es por eso que se acerca gente de los poblados cercanos de la sierra a recibir los presentes.



Ya cuando atardecía, buscamos una estación de servicios donde dormir. Unos 15 minutos antes de las 00.00 decidimos llegarnos hasta la plaza de armas para festejar navidad. La Ciudad iluminada y los fuegos artificiales le daban un toque mágico al lugar, además de estar muy bien decorada y cuidada por policías y gente de limpieza.



Luego de los festejos nos fuimos a dormir esperando descansar un poco después de un día tan movido, y el 25 cuando nos despertamos no podíamos ni salir del auto por semejante diluvio que había, y nos tuvimos que quedar en el auto todo el día ya que la lluvia no cesó hasta la noche.

Nuestra idea ya el lunes era buscar información para visitar el Cusco y la fam
osa ciudadela inca de Machu Picchu. Bien temprano estábamos en la oficina central. Nos explicaron sobre las ruinas locales, la catedral, museos y las ruinas de Valle Sagrado que sólo se podían visitar con la compra de un boleto turístico de S/130,00 por persona con una duración de 10 días para usarlo, y la info para ir a Machu Picchu. Como nuestra idea era gastar poco conociendo mucho, teníamos que pensar como hacerlo, por eso nos fuimos a desayunar y a pensar a un bar del centro. Nos atendió Fabiana, una salteña muy simpática que hace unos meses está viviendo en la Ciudad junto a su marido. Nos preparó arroz a la cubana con un riquísimo café con leche que hacía tanto que no tomábamos. Le comentamos de nuestra situación y nos dijo que si esperábamos 15 minutos, llegaría Ivon, su jefa y dueña del local para aclarar nuestras dudas y darnos otra opción más económica de visita. Nos explicó que para llegar hay varias formas de hacerlo: por tren desde Cusco hasta Aguas Calientes, USD 130.00 por persona. Sino, la ruta entre Ollantaytambo y Aguas cuesta USD 90.00 cada uno. Por supuesto que esto nos estaba en nuestro presupuesto, así que teníamos que buscar otra opción.
Después de dejar el bar “La Fruta Madre” (Av. Del Sol - 2° piso), excelente lugar para
desayunar y charlar con Fabi e Ivon de lo que sea, seguimos camino. Con un mar de dudas sobre cómo visitar el Machu Picchu, nos fuimos a revisar nuestros e-mails y actualizar un poco el blog que lo teníamos bastante abandonado.

Como todo viajero que está metido en la web tiene conocidos de la ruta, nos contactamos con Joaquín de www.poramericaandando.blogspot.com que nos recomendó la ruta que ellos habían hecho unos meses atrás, que fue la siguiente: sin recurrir a ninguna agencia ni pagar pasajes costosos, decidieron manejar hasta el pueblo de Santa Teresa, hacer noche allí y a la mañana siguiente salir en taxi hasta la central hidroeléctrica, para luego caminar cerca de 3 horas por el costado de las vías, hasta Aguas Calientes.

Nos pareció la mejor opción y la más económica. Con la ayuda de Ronoel, un guía local que nos recomendó Miguel de Salta, terminamos de conocer los últimos detalles y recomendaciones para emprender el viaje a las misteriosas ruinas. Sin perder más tiempo, salimos a comprar un poco de frutas y otras provisiones para al día siguiente salir lo más temprano posible.

En la ruta que nos llevaba a Ollantaytambo, antes de llegar a Urubamba conocimos a una pareja de argentinos, Mauro y Eugenia, que estaba viajando en su Land Rover a través de Bolivia y Perú, con destino Machu Picchu. Nos quedamos charlando unos minutos, y luego seguimos hacia las Salineras de Maras.




A comparación de otras, éstas son artificiales y están ubicadas en terrazas; llama mucho la atención su ubicación porque están en el medio de un cañón.



Retomando la ruta llegamos a Ollantaytambo, un pueblo con la mayoría de sus construcciones de piedra, donde aún hay un sector que viven tal como los antiguos incas, con sus angostas calles, pasillos y acequias que recorren todo el pueblo. Tiene bastantes ruinas para conocer, algunas hay que pagar y otras no, como las de Pincuylluna. Aquí se encuentran las colcas (depósitos agrícolas) más interesantes de todo el valle sagrado.

En la cima de la montaña se puede observar un gigantesco bloque de piedra que para los lugareños representa el rostro de un inca que cuida el lugar, y además desde allí se puede tener una hermosa vista de la ciudad completa.

Por primera vez dormimos en una plaza, al costado de la comisaría. Al despertarnos, nos quedamos conversando con el Oficial Técnico Cáceres, que quedó encantado con nuestro viaje, al igual que dos chicos cordobeses que habían alquilado unas motos y estaban recorriendo Perú, con destino principal Machu Picchu.





Ya con el auto en marcha, y habiendo recorrido dos cuadras, nos llamaron la atención dos motos viajeras con la matrícula de Alaska. Se trataba de Lars y Henriette, dos dinamarqueses que están haciendo el mismo viaje que nosotros pero a la inversa (www.N69S54A.com). Nos quedamos conversando con ellos, y nos presentaron a un matrimonio con su hijo proveniente de Alaska, con quienes prometimos mantenernos en contacto y visitarlos a nuestra llegada.



Luego de tomar unas fotografías de recuerdo, seguimos rumbo a Santa Teresa, para lo cual tuvimos que atravesar un camino muy duro a pesar que era todo asfalto, primero subir y bajar unas sierras en zigzag casi llegando a los 3800 msnm, y luego de llegar a Santa María, el camino se vuelve de tierra y por el medio de la selva por un camino de cornisa. Por ser el verano temporada de lluvias, suele haber desprendimientos de la ladera de la montaña, que en ocasiones cortan los caminos, pero llegamos a destino sin ningún inconveniente. Éste es un pueblo pequeño, y parada obligada antes de la Hidroeléctrica, así que siguiendo las recomendaciones de Joaquín, dormimos allí por S/20.00 la noche, y dejamos el auto estacionado. A la mañana siguiente partimos en una combi hasta la Central, de allí en más nuestro único transporte eran las piernas, por eso las usamos durante casi 3 horas bajo la lluvia, para llegar a Aguas Calientes. Lo primero que hicimos fue sacar nuestro ticket para visitar las ruinas al día siguiente, y luego buscar donde dormir.



No hay comentarios:

Publicar un comentario