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Tigre, Buenos Aires, Argentina
Daniela Plaza y Alejandro Demarco

martes, 17 de enero de 2012

Año nuevo, amigos nuevos!


El 1° de enero nos dedicamos a sumar kilómetros, uniendo la región serrana con la de la costa, es decir, desde Abancay a Nasca, entre los 4000 y 600 msnm. Aquí el calor ya se hacía sentir permanentemente, es una ciudad ubicada en una zona desértica, donde casi no llueve y las altas temperaturas dicen presente. Dormimos en un grifo y al día siguiente fuimos a la oficina de turismo para averiguar los valores estimados de los sobrevuelos delas líneas de Nasca (Patrimonio de la Humanidad), unos USD 85 cada uno, más impuestos. Decidimos dejarlo para otra oportunidad, y dedicarnos a ponernos al día con al limpieza del auto y nuestras cosas. Es así como llegamos a otro grifo donde nos recibió muy amablemente Diego y su esposa, quienes nos prestaron la cocina, nos permitieron dormir dentro de la oficina y también lavar nuestra ropa y auto.

Ya listos para seguir camino, ordenamos todo y volvimos a transitar por la panamericana, haciendo un stop en un mirador natural de las líneas, pero no se distingue nada. Por eso el mirador de hierro que hay más adelante no lo hicimos, y seguimos hacia Paracas.



Caminamos por la playa, almorzamos un poco tarde y jugamos a las cartas. Fue en eso que se nos acercó un hombre, profesor de la Universidad de Ica, y nos consultó si queríamos sacarnos una foto con sus alumnos, que estaban egresando de sus carreras. Al principio no comprendimos, pero luego nos acercamos y, fotografía de por medio, nos quedamos charlando y aprendiendo un poco más sobre Perú y su cultura, distinta a la nuestra a pesar de ser casi países vecinos. Aprovechamos también a contarles sobre nuestro viaje, al cual se mostraron muy interesados.

Ya cercana la noche, buscamos un grifo en las afueras de Pisco para descansar, y con las últimas luces seguimos aumentando el stock de nuestras pulseras.

La ruta panamericana, sigue atravesando Perú de sur a norte, por lo que la retomamos. Antes de salir de viaje nuestra idea era visitar Lima, ciudad capital del país, pero durante nuestro recorrido recibimos tantos comentarios de alerta por robos e inseguridad, que decidimos seguir de largo. No fue fácil esquivarla, nos equivocamos y en vez de doblar a la derecha hacia la circunvalación, lo hicimos a la izquierda, entrando en el centro y pasando por varios barrios. Lo único que queríamos era salir, el tráfico en la capital es aún más caótico y arriesgado que en otras ciudades, nadie respeta el paso del otro y todos se encierran entre todos. Por fin logramos salir y continuar viaje hacia la ciudad de Huarmey, donde hicimos noche en una Primax. Para colmo, desde que retomamos la panamericana (aunque en otras rutas también) nos están matando con los peajes, además de ser caros (entre 8 y 10 soles cada uno) los hay cada 100 km.

Al otro día, cuando ya teníamos todo listo para salir, vemos una camioneta con patente argentina. Se nos hizo costumbre charlar con otros viajeros para saber de dónde son, que andan haciendo, etc, ya que en esta zona no es muy común ver argentinos. Resultaron ser de Chilecito, La Rioja, y nos comentaron que estaban parando en una playa cercana. Luego de unos minutos nos despedimos. Cargamos agua en el termo y decidimos acercarnos a la playa a desayunar en vez de hacerlo en la ruta.

Cuando llegamos a la playa de Tuquillo los encontramos, y enseguida nos invitaron a conocer al resto de la familia. Allí nos quedamos todo el día con Graciela, Lito, Calfú, Nahuel y Rocío (nuestra primera clienta de las pulseras), Kenny, Claudia, Rosa, Sara, Marcelo y Sergio. Pasamos una tarde maravillosa, y hasta nos regalaron un dulce de leche que se nos había terminado! Ellos regresaban a Lima esa misma tarde, así que nosotros nos quedamos a ver el atardecer, y luego volvimos a la primax de Huarmey para no conducir de noche.





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